Durante el proceso creativo no hay verdades absolutas; todos somos esclavos de la obra. No se encasillen. No se dejen atrapar por los géneros. La historia que quieren contar ya viene con su forma. El gran secreto del arte de escribir es saber encontrarla. No todo es talento natural, también hay que tener pericia, astucia, olfato. Esto es un oficio … por algo la mayoría de los grandes escritores no son profesores de literatura … Esto es arte, hablamos de crear, de dar vida … esto es un gran misterio. 

Hace muchos años atrás, Antón Chejov dijo: «Si uno pone un revolver en la primera página de un relato, tiene que hacer algo, porque el lector va a estar siempre esperando que alguien haga algo con esa arma».

Hace poco tiempo, Stephen King escribió algo parecido en un ensayo sobre el arte de escribir: «Si en el primer acto pones un arma sobre la mesa de luz, en el tercer acto hay que dispararla».

No hay que tomar de manera literal esos consejos. No siempre es así. ¿Por qué? Porque hay que dejarse llevar por las necesidades de texto. Repito: hay que dejarse llevar por las necesidades del texto.

En la historia que queremos narrar puede haber un misterio o un secreto que nunca se develara y hasta un enigma a resolver. Entonces, nos preguntamos: ¿Como esconder la información? 

¿Que se dice y que no se dice? ¿Cuánta información tenemos que brindarle al lector? ¿Cuántos huecos deben ser llenados por el lector? Estamos hablando de trama, intriga, suspenso, clímax …

 El “Macguffin”, de Alfred Hitchcock, es un elemento que no necesita ser aclarado para que funcione como motor de la trama

Un relato también se construye con lo que no se narra, con lo no dicho. Ernest Hemingway y su acertada teoría del iceberg

Otra vuelta de tuerca, de Henry James: que sabe el que narra y como esconde la información y que es lo que no se narra y queda fuera de la información

En El gran Gatsby, de Fitzgerald, el secreto es una zona no narrada, un núcleo oscuro, un dato ausente, un vacío. 

En la nouvelle Los adioses, del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, vemos que el tema del incesto sobrevuela toda la obra, pero, nadie puede afirmar que haya ocurrido ... 

Entonces, es válido interrogarnos: ¿Dónde colocamos lo que no narramos y como hacemos para no decirlo todo? Hasta donde podemos esconder algo en una historia. ¿Qué debemos omitir y que debemos decir?

No solo es omitir o sacar o no dar, sino que en la forma de narrar también está la intriga. Poe y Borges convierten en intriga la forma de narrar. No todo es contenido. Pero eso, ya es otro ladrillo más en la pared del muro.